Una vez volvemos a la península, se nos presenta un largo viaje por el interior del país, vamos a cruzar desde Wando al suroeste hasta Andong al noreste, parando por algunos pueblos del interior, en uno de ellos de cuyo nombre no logro acordarme, paramos a comer, al principio ni siquiera parecía un restaurante, fue el olor el que nos dio la pista, como siempre nos dejamos llevar y pedimos al azar un plato, por suerte no fallamos, pero tampoco acertamos, otra vez barbacoa!
Con todo y con el picante en nuestras bocas, cuando íbamos aproximadamente por la mitad de la ruta decidimos visitar el parque nacional de Gayasan, allí se encuentra el templo budista más importante del país, pues que se encuentra la Tripitaka Koreana, que son los cantos budistas más antiguos y mejor conservados del mundo, está compuesto por 81.350 tablillas de madera, donde hay más de 52 millones de caracteres y datan del siglo IX. El edificio donde lo guardan es inaccesible, pero alrededor se ha construido uno de los monasterios budistas más importantes del país, que se puede visitar y ver cómo viven los monjes que allí habitan.
Este trayecto en coche, ha sido con diferencia el más largo de los que hemos realizado en este país, ya no sólo por los kilómetros, sino porque la autopista de peaje que nos indicaba el gps, contaba con los últimos 150 km sin construir, lo que nos supuso unas cuantas horas más por carretera de montaña, pero nuestro coche samsung lo aguanta todo.
Después de hacer varias paradas por pueblos por los que dudo que otro occidental haya pasado, por fin llegamos a Andong, no sin antes perdernos en varias ocasiones, ya que nuestro gps tiene un sentido del humor muy koreano... Con más de 2.000 kms recorridos por este país, había una señal que echábamos de menos y que nosotros tenemos hasta en la sopa, pero que aquí no habíamos sido capaz de ver, pero esa noche y bajo aquella luna, y perdidos en un camino de campo que apenas estaba asfaltado, la vimos, y por fin ampliamos nuestro conocimiento de la lengua koreana con una palabra que dudo que utilicemos en algún momento.
Después de unas cuentas vueltas, y con un poco de suerte llegamos a Andong, como cualquier "pueblo" de aquí, encontramos bastantes bloques de 40 pisos llenos de pisos, así como multitud de neones por las calles, salimos a cenar, pero como eran más de las 10 de la noche, hora en la que todo comercio o restaurante está cerrado, acabamos cenando en un dominos pizza, para darnos cuenta que el tamaño familiar de España no existe aquí!!! Con eso acabó un largo día y nos preparamos para afrontar por la mañana un nuevo episodio de Korea Nation
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