Como ya dije en el anterior post, el segundo día hicimos más cosas, aparte de entrenarnos para un posible ataque del vecino norteño, y además de visitar el barrio de Itaewon, donde se pueden encontrar cientos de restaurantes de cualquier tipo de comida del mundo, fuimos a la torre de la ciudad, algo así como el Pirulí de Madrid, que mide 237 metros, pero es que además está construida en lo alto de una pequeña montaña que está en el centro de la ciudad, dando desde arriba las mejores vistas de la ciudad, no tuvimos demasiada suerte porque las nubes tapaban el horizonte pero aún así es una visita obligada en la ciudad.
Como siempre consejos para los futuros visitantes, en Seul la humedad es del 100%, y el clima en verano puede establecerse entre los 24º y 28ºC, y si a esto le sumas que para llegar a la base de esta torre tienes que subir como 200 escalones dentro de un bosque, aun existiendo un telecabina, que pensamos que se podía haber subido más para evitar esos escalones... El resultado tan fantástico que nos sale es que llegas sudando a la base como si hubieses salido de una sauna.
Una vez arriba, lo dicho unas vistas muy impresionantes, mires donde mires, encuentras edificios, desde ediciones de 5 o 6 plantas hasta rascacielos de más de 40, una pena que el día no acompañase.
Cuando acabamos de ver la ciudad en 360º, tocaba volver, otra vez a recorrer los infinitos escalones y volver a subir al telecabina que nos bajase a la ciudad, por cierto éste sin aire acondicionado, cuando aquí hasta los cajeros del banco para sacar dinero tienen aire acondicionado.
Una vez abajo fuimos a un restaurante que nos había recomendado un amigo coreano, os pongo la foto y luego un par de comentarios.
Chiste local: cómo se parte un pollo asado/frito? Respuesta: como se ve en la foto claramente, con dos tenedores, después de casi 4 días aquí no hemos visto un cuchillo... De la sopa de algas con arroz, mejor no hablo, si queréis le preguntáis a Alberto lo que tuvo que hacer para comérsela.
Después de una parada técnica por el hotel, decidimos probar la noche de Seúl, a ver si es verdad eso que dicen de que aquí tienen más marcha que nosotros. Fuimos a un barrio universitario, llamado Hongdae, donde se puede cenar, tomar algo o ir a una discoteca hasta que se haga de día. Como veis un barrio muy animado y de gente joven.
Lo más curioso que vimos por la zona fueron las discotecas, por lo menos a las dos que fuimos, ya que entramos a "algo" que parecía una discoteca por fuera, y nada más entrar nos sentaron en una mesa, y aunque ponían música para bailar, no había sitio para el baile y los propios coreanos que allí estaban no bailaban... Un poco raro.
Cuando ya volvíamos para el metro, recorrimos un poco más el barrio que parecía no tener fin, ni en longitud, ni en cantidad de gente, y nos encontramos un trocito de España.
La verdad un barrio muy animado, con muchísima variedad tanto en restaurantes como el bares y discotecas, al pasar por Seúl no os olvidéis de salir una tarde noche por aquí, seguro que encontráis algo que os gusta! Mañana empezamos con las visitas culturales
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