Después de aprovechar al máximo el día de sol que tuvimos ayer, y de visitar bastantes atracciones turísticas, seguimos con las mismas ganas, pero con menos fuerzas, al final unas vacaciones de descanso se están convirtiendo en unas prisas constantes... Pero bueno un poco de meditación no viene mal.
Muchos nos habéis preguntado cómo hacíamos para guiarnos por las carreteras donde los carteles no sirven ni para intuir entre derecha o izquierda, la auténtica verdad y el documento gráfico de las penurias automovilísticas que padecíamos se resumen en la siguiente foto
El detalle más importante y que define el suplicio, es el tiempo estimado de llegada, que se puede ver en la esquina inferior izquierda, sí unos increíbles 9 minutos para recorrer 3 km!!! y no era ciudad... Ni un ciclista subiendo un puerto tarda tantísimo...
Otra de las "atracciones" que ofrece Jeju, es el "museo" de las perspectiva, o mejor dicho el museo de las mentiras, no os lo explico os dejo verlo.
Salvando a Alberto de morir pisoteado por un caballo |
Tomando un poco de leche fresquita |
Cuando un se ve alto, se cree que puede abusar de los bajitos |
También en esta curiosa isla existen dos parques temáticos dedicados a las miniaturas, pero no a cualquier tipo de miniaturas, sino a las miniaturas de los edificios más característicos y representativos del mundo, por ejemplo la Casa Blanca, la estatua de la Libertad, la Ciudad Prohibida... Curiosamente no tenemos ninguna foto sólo esta en la que se nos ve con la réplica del Buda gigante, la verdad dejan mucho que desear y encima son caros, no menos de 10€ por cabeza...
Por último, y para finalizar nuestra estancia en esta isla no podíamos dejar de lado Porkyland, traduciendo literalmente "la tierra de cerdos". Este no es un parque temático, ni un museo de dudosa categoría, es una calle céntrica de la ciudad de Jeju, donde se aglutinan bastantes restaurantes y donde, en todos, se sirve el cerdo negro de Jeju, algo así como nuestro cerdo ibérico, como siempre, acompañado de riguroso Kimchi y más cosas picantes.
Decir que esta carne no tiene nada que nuestro gusto occidental pueda diferenciar del cerdo blanco, y más si le metes picante... Estuvimos en el restaurante más reconocido de la calle, uno que parecía que venía en la guía Michelín, la verdad que la comida estaba buena, pero el techo lleno de grasa que precipitaba y la visita de alguna que otra cucaracha nos hizo replantearnos los estándares de la guía... pero como siempre TODO MUY RICO
Al día siguiente partimos temprano de nuevo a la península y nos espera otro viaje de 3 horas en el campo de refugiados que llaman ferry...
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