La verdad que este barrio concentra por un lado el barrio financiero y por otro los locales de moda en cuanto a restauración y ocio nocturno, una de las zonas más chic de la capital. Hoy además se nos unía a la aventura un amigo de Alberto, habitante de Seúl, el es Jo-han y nos hará de guía durante todo el día,
Como parece que la tensión con los vecinos del norte se ha relajado, han vuelto a abrir la DMZ, la zona desmilitariza que separa Korea del Norte y Korea del Sur, y sin duda es la excursión turística por excelencia, así que le pedimos al guía que nos lleve. Lo más asombroso es que puedes coger un metro en el centro y te lleva prácticamente a la DMZ y estamos hablando de 100 Km entre la ciudad y la DMZ.
Una vez allí, en el centro de turistas, empezamos a darnos cuenta que esto no es ninguna "típica atracción turística" los controles, los militares armados, te hacen ver que estás en un zona de conflicto.
Sólo unas pinceladas de historia para comprender la DMZ, tras la guerra de Korea 1948, el país se divide en dos por el paralelo 38, en el norte impera el socialismo del bloque soviético, mientras que en el sur, gracias a la intervención de los EEUU impera el capitalismo. Esta franja es de 4km de ancho y 238km de largo. Y actualmente permite la visita de turistas en ambos lados, eso sí, nunca podrás atravesar del norte al sur, ni del sur al norte, puesto que la frontera está cerrada desde 1948.
Una vez hecho el apunte cultural, y con el billete de la excursión en la mano, montamos en un bus, que nos llevará por un recorrido donde veremos un observatorio donde divisar un pueblo de Korea del Norte, además de un pequeño pueblo que quedó dentro de la DMZ, así como uno de los túneles que excavaron los norcoreanos para invadir el sur, la estación de tren que conecta con Pyongyang y por último la mismísima frontera.
Es bastante curioso que existiendo esa estación que no tiene tráfico ferroviario, se anuncien los trenes a la capital del Norte, además como auténtico souvenir puedes comprar un billete para la parada de Pyongyang, aunque ese tren jamás salga.
La visita al tercer túnel es de lo más llamativa, bajas como 30 o 40 metros sobre la superficie, y en plena roca puedes ver como lo excavaron, puedes entrar hasta donde justo empezaría korea del Norte, así si poneos casco que está hecho a la altura korena y la cabeza puede sufrir algún que otro golpe.
Obviamente y debido a la crisis entre los dos países ese punto estaba cerrado a cualquier tipo de visita, así que nos tuvimos que conformar con el póster y unos atuendos que había por allí para hacernos la foto.
Sin lugar a dudas la visita imprescindible de korea, hubiese estado genial poder hacerla también en el otro lado, porque así tendrías la visión de cada uno, pero bueno alguna vez será.
Después de la visita mañanera tocaba volver a la ciudad, aún nos quedaban alguna cosas interesantes por ver y no podíamos perder tiempo en nuestro último día completo en Seúl.
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